sábado, 28 de abril de 2012

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Siempre quise tener un amigo de toda la vida, ése con quien te conoces mejor que nadie, ése en el que confías plenamente, ése que siempre estuvo y estará para ti, ése al que le cuentas todo, ése con el te ríes, lloras y compartes todo, ése que es casi un hermano.
Siempre quise tener un amigo de toda la vida, pero los que estaban ya no están, y los que están no estuvieron. Tampoco llegué a querer a alguien tanto como para llamarlo 'mejor amigo'. A veces pienso que nunca tuve uno verdadero. Todos se fueron, y yo me fui, todos me olvidaron y yo los olvidé. Una eternidad reducida a segundos, unas risas reducidas a polvo, unas lágrimas secas y una hoja media escrita. Con todo eso podría definir mi vida.

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